He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes (2019)

Basilio Sánchez (XXXI Premio Loewe)
Colección Visor de Poesía.
[...]

No he paseado nunca con mi herida
por ninguno de los jardines que conozco.

La herida es el eclipse que revoca la luz,
la herida es la distancia
que nos convierte en extranjeros.

En el dolor no hay pájaros,
sólo dioses hablando con los dioses.


Casa

Casa
Casa (Foto, Berna)

martes, 24 de enero de 2012

El secreto de Juan

Por morir caminando, cogió la mochila y dejó los zapatos cerca de la casa. Sabía que le llevaría horas alcanzar la costa. La noche era oscura y apenas alguna estrella asomaba intermitente. Conocía el camino porque durante las horas del invierno se había preocupado de buscar los mapas viejos de su padre. Si cerraba los ojos, notaba la densidad etérea del viento y escuchaba los sapos cerca de la cuneta. Hacía meses que llovía sin parar. Algunos coches con las largas puestas le deslumbraban, y antes de recuperar la visión, el gesto de su padre lo llenaba todo. Un camino fácil porque era el suyo. Un mar al final, un barco azul y rojo y una sirena sonando en la bocana del puerto. El tacto del noray era familiar, frío, irregular, un metal moldeado por el salitre durante años. Esperó sentado en la amarras entibiadas por el sol, inspirando el olor del pescado seco y olvidado en el suelo, jugando con los restos de un trasmayu roto y enredado. Esperó porque en la quedada de las cuatro de la mañana, atracaría el "Angelita II" y él saltaría a bordo para abrazar fuerte al Patrón y pedirle un pez raro en un caldero y lo estaría mirando nadar durante horas mientras los marineros descargarían el pescado. Mañana cumplirá siete años.

Y el mar no le concederá nada.
Esperará
pero el mar
no le concederá nada.

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