He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes (2019)

Basilio Sánchez (XXXI Premio Loewe)
Colección Visor de Poesía.
[...]

No he paseado nunca con mi herida
por ninguno de los jardines que conozco.

La herida es el eclipse que revoca la luz,
la herida es la distancia
que nos convierte en extranjeros.

En el dolor no hay pájaros,
sólo dioses hablando con los dioses.


Casa

Casa
Casa (Foto, Berna)

jueves, 1 de enero de 2015

Estudio epidemiológico: La alegría.

Conocer la exacta combinación de elementos plásticos, químicos y físicos que logran la sensación, sutil al principio, que invade luego la musculatura, el pensamiento y la garganta, aumentando a medida que los labios describen una curvatura lunar, para abrirse en carcajada. Esa combinación mágica que termina por llamarse alegría, se expande como una enfermedad transmisible cuyo caso índice pudiera estar en la primera memoria del primer niño. Quien sabe si el vehículo mecánico que la diseminó fueron sus ojos. Así los recuerdo, llenos de pequeños destellos acuosos, cuando apenas sosteníais la cabeza y el universo se hacía demasiado grande para abarcar entre unos dedos tan pequeños. Quizás seamos todos huésped definitivo de una alegría reemergente tras periodos de escasez, en los que la melancolía conseguía hacerla latente. Y podemos por ello apreciar la sensación de acompañamiento, la misma que estaba presente en la piel de las manos que se encaramaban a otras mas grandes, la misma que sentíamos corriendo hacia unos brazos abiertos entre los que estaba el mundo. Podemos cerrar los ojos y notar la risa invadirnos como una brisa en la línea del horizonte, su tenue luz, o como nos roza el rayo tibio de sol que desciende hasta la nieve. La morbilidad ha sido estudiada por sombras poderosas en periodos de escasez de alimentos, vivienda, trabajo, de libertad en definitiva, unos determinantes familiares, personales económicos, de religión, que fueron manipulados con objeto de alterar la salud y provocar la parálisis. No pudieron erradicarla.
La alegría progresa en forma de ondas, una pandemia o mas bien, un antídoto.

En sus ojos:
el bálsamo
la certeza del bien
la alegría.



Bibliografía:

1 Defender la alegría. Mario Benedetti. Antología Poética (pag 171), Alianza Editorial S.A 1984, Madrid.
2 Defender la alegría. El sur también existe (1985). Joan Manuel Serrat.
3 La gran alegría. Pablo Neruda. Canto general (pag 364 ), Biblioteca Ayacucho y Matilde Urrutia de Neruda 1976, Caracas (Venezuela).
4 Alegría. José Hierro (Adonáis 1947).

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