la noche muestra,
el declinar de la luna
los perros famélicos de la ciudad
la ventana del insomne
el lado vacío de la cama
las palabras que resbalan en los cristales
el cadáver del recuerdo
la escarcha del futuro
el mismo tormento en cada uno
las paredes que nos separan de los demás
la indiferencia de las horas en el despertador
las risas que robarías a los de la calle
el aroma que no se va de la memoria
los sueños que no acuden a la cita
el aliento tibio del que no está
lo absurdo de la distancia entre dos cuerpos
la edad de lo inanimado
la de tus manos
la del vacío.
La noche no existe en el ocaso
solo en nosotros mismos.
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