He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes (2019)
Basilio Sánchez (XXXI Premio Loewe)
Colección Visor de Poesía.
[...]
No he paseado nunca con mi herida
por ninguno de los jardines que conozco.
La herida es el eclipse que revoca la luz,
la herida es la distancia
que nos convierte en extranjeros.
En el dolor no hay pájaros,
sólo dioses hablando con los dioses.
Casa
viernes, 31 de agosto de 2012
Maitena o el valor de lo universal.
Tengo en la estantería dos libros recopilatorios de Maitena, uno el de "Todas las superadas " es de color fuxia (si, ese que sólo el sexo femenino, dicen, distingue) y el otro "Todas las alteradas" es de color amarillo fosforito (como el del subrayador...para los que no lo pillen). Llevan tiempo en mi casa, están mas que leídos, pero me acerco a ellos de vez en cuando, sobre todo si me apetece no estar sola. Abro una página al azar y ¡milagro!, ahí aparezco dibujada, los diálogos pueden ser mas o menos cercanos, pero seguro que alguno es exactamente mi conciencia, mi lengua viperina, los pelos, las tetas evolucionadas por la gravedad, el brazo bien estirado para ver los números en el móvil, mis adolescentes, mi chico...ahí están todas las cosas importantes por nimias que sean, importantes sobre todo porque Maitena las hace universales; y lo mejor de todo es la risa, una risa de la buena, de esa que te mueve todos los músculos de la barriga y te saca las lágrimas, de esa que, si tienes a tus hijos cerca, consigue que desvíen la mirada de la Play 2 durante treinta segundos (un milagro) para farfullar un "estas loca". Luego dejas un momento el libro para atender la olla y mientras revuelves el guiso, te viene el dibujo a la cabeza y te vuelve a dar la risa, y es como si todas las mujeres del libro estuvieran contigo un ratito en la cocina, hablando de banalidades y cosas de cada día, de cada año, de cada vida en tu vida. Y te da igual ser una especie de espíritu transparente que levita por los ochenta metros cuadrados de casa y que solo establece contacto con los mortales cuando hay comida en los platos. Te da igual mirarte en pelotas en el espejo, aunque haga siglos que no lo haces con detenimiento (no fuera a ser que apareciera algo nuevo), te da igual ver a tu chico con su cortejo digital permanente e intransferible, te da igual los zapatos de tacón sin usar desde los dieciocho, las minifaldas pendientes de llevar al punto de reciclaje, los cabellos blancos justo en el centro del cogote, ver las fotos de tus treinta sin sensación de ahogo...te da igual todo. Y te ríes. y además vas al salón y les das un beso a tus tres abducidos. Maitena no tiene efectos secundarios ni dosis máxima conocida perjudicial, no caduca, no necesita nevera y se aconseja compartirla con todo lo que se mueva.
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