Ciudades: Estocolmo

Aterrizamos en Estocolmo por la tarde, cogimos un autobús hacia la ciudad, el conductor era amable, el paisaje llano, bordeado de arboles, muy verde. Llegamos a una zona residencial, las casas antiguas eran picudas y no muy altas, hacía calor. El hotel tenía un ascensor antiguo con puerta corredera y escalera alrededor, luminosa. Descubrimos el baño mas pequeño del mundo. El metro era una caja de sorpresas, había un ala de pájaro gigante en el techo, una manzana, piezas enormes cúbicas de colores, una cueva azul cielo con un arcoiris enorme. La ciudad tiene agua por todas partes, paseas cerca de la orilla, por el puerto, sendas, subes a miradores. En el mercado de Östermalms, descubrimos comida exquisita, especias, verduras, mariscos, pescados, embutidos, dulces, tartas, infusiones, había muchos colores entre puestos de madera. Muy cerca comimos unos perritos con chucrut inolvidables en Korvspecialist, un puesto callejero, nos los comimos con una lata de cerveza allí mismo en dos sillas. En la ciudad vieja, paseamos al atardecer, escuchamos piano en la plaza Mayor (Stortorget), los edificios eran de colores, como de cuento. Encontramos una cervecería donde servían solo cerveza si querías, a las siete de la tarde, con música agradable, tenia muchas marcas. Encontramos un artesano que fabricaba animalillos con alambre, compré una araña y una hormiga. Conocimos el barrio mas bohemio, Södermalm, subimos cuestas, nos asomamos al mirador, había mucha vida, comercio, bares, gente, recordé Alexanderplazt, decidí que también en el Söder se estaba como en casa.