"Hasta donde puedes llegar a ver en el horizonte es tu casa, un palmo mas allá no hay nada." Y recordé un octante de latón en un estuche de madera. Bajo el cristal del mundo brillaban las luces, los nenúfares blancos del estanque en el jardín y las larvas de las libélulas. Decidí recuperar el camino azul desde la torre y desde el techo metálico de la fábrica de relojes. A lo lejos, una serpiente de asfalto reptaba sigilosa y desaparecía pequeña en el contraluz de la tarde. Respiré despacio el aire curioso cargado de incógnitas, los pulmones repetían "vámonos". Todo el cerebro cruzando coordenadas y antes de que llegara a un resultado ya los músculos movían mis pies y rápido la sangre invadía los lugares mas insospechados hasta llegar a las ideas. Quiero saber, por qué no hay nada, ver el abismo, definirlo con mis propias palabras.
"Mas allá del horizonte, no hay nada"
"Quiero saber"
"Mis propias palabras"
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Foto, Berna |
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